¿Estás cansado de irte de vacaciones y volver tan agotado o más de lo que te fuiste? Con frecuencia nos olvidamos de que las vacaciones son para relajarse y para cargar las pilas y no para visitar el máximo de sitios en el mínimo de tiempo. No se trata de que nuestro muro de Instagram tenga las mejores fotos, sino de se vivan las mejores experiencias.
Por eso, ha comenzado a surgir una nueva tendencia, el turismo ecológico, que pretende acercarnos un poco más a los lugares que visitamos. Y, para eso, lo primero es cambiar el modo de desplazarse dejando a un lado el coche, el autobús o cualquier otro medio contaminante y apostando por opciones tan verdes como el cicloturismo.
Existen dos formas básicas de realizar cicloturismo: por cuenta propia o a través de agencias especializadas. Y son dos maneras bastante distintas de hacer las cosas.
Cicloturismo por cuenta propia
Se trata de llegar a un país o destino concreto y pedalear. Lo normal es tratar de llevar unas rutas establecidas y de tener decidido, al menos, donde se va a dormir cada noche. De lo contrario, se corre el peligro de que no se tenga habitación en el lugar al que se llega al final de la jornada. Si se tiene pensado acampar hay que asegurarse de que no estará prohibido y de que es seguro hacerlo en la zona elegida.
La principal desventaja de este método es que hay que llevarse las bicicletas hasta el punto de destino y, entre jornada y jornada cargar con el equipaje. Y esto puede echar mucho para atrás a quienes jamás han hecho cicloturismo.
Además, si es la primera experiencia en este sentido tal vez no se calculen bien las rutas ya que no se trata tan solo de la cantidad de kilómetros que se tengan que hacer entre un punto y otro, sino de la dificultad de la ruta. En ocasiones, una ruta de pocos kilómetros puede ser peor de terminar que una más larga pero que va por terrenos llanos y sin dificultades.
Si no se conoce el país, puede ser arriesgado trazar rutas que vayan por zonas rurales poco transitadas ya que se desconoce hasta que punto pueden ser seguras, sobre todo si se viaja con niños, que nos hacen siempre más vulnerables en caso de accidentes o enfermedades.
Cicloturismo programado
La otra opción es contar con una empresa especializada en cicloturismo que nos hará el viaje mucho más fácil. Para empezar, la ruta estará concertada de ante mano según los niveles de dificultad o los días que se tengan para llevar a cabo el viaje.
Como conocen bien el terreno en el que se mueven, esas rutas pasarán por diversos puntos de interés, por lo que siempre estaremos disfrutando de cosas que merece la pena ver y no corremos el riesgo de encontrarnos con paisajes repetitivos sin puntos de especial interés.
La bici no hay que llevarla, porque ellos se encargan del alquiler. Además, también se encargan de programar un servicio para que el equipaje sea llevado de un punto a otro cada día, sin tener que cargar con él. En caso de enfermedad o cualquier otro problema, también ofrecen soluciones a los viajeros que no se van a encontrar solos en ningún momento.
Las reservas de los hoteles están realizadas con antelación y como tienen experiencia en las rutas saben qué distancias es factible recorrer cada día sin agobiarse y pudiendo parar en los lugares que merece la pena ver para disfrutar de una experiencia diferente y muy gratificante.
